Una Mirada Infantil: “El Niño Reflexivo y El Niño Tímido” ~ Investigaciones Científicas y Psicoterapia

Una Mirada Infantil:

“El Niño Reflexivo y El Niño Tímido”

Por

Psic. César Sinuhé Gómez Sánchez.

“El amor es para el niño como el sol para las flores;

no le bastan pan: necesita caricias para ser bueno y ser fuerte”.

Concepción Arenal.

Uno de los grandes problemas que se ha suscitado en las formas de comprender y asimilar el mundo infantil en el siglo XXI, y que se ha trasladado lamentablemente a las aulas escolares, la dinámica social y relaciones entre padres e hijos por nombrar los de mayor relevancia; es la falta de empatía en los procesos infantiles, así como también la incomprensión de los malestares emocionales y reales que le aquejan al niño. Esto ha originado una amplia gama de estereotipos o mitos negativos referente a algunos rasgos de la personalidad infantil, así como también la elaboración de malos diagnósticos psicológicos que dirigen al niño a una discriminación y adquisición de etiquetas que culmina en una depresión.

Tal incomprensión y carencia de empatía la podemos observar en la diferencia que existe entre un “Niño Reflexivo y Un Niño Tímido”, debido a que se han confundido y comprendido como entidades similares y los han sumado a ambos a etiquetas de conflictos psicológicos como son: Trastorno por Déficit de la atención, asperger u trastorno por evitación. Por lo cual, es importante diferenciar estos dos estados experimentados por el niño con la finalidad de comprenderlo y maximizar una relación sana de vínculos fuertes, con lo social, con los padres y principalmente con su autoestima.

“El Niño Reflexivo”, se caracteriza por poseer una personalidad orientada a colocar su atención y energía psicológica hacia su mundo interior, dotando sus experiencias y vivencias internas con un gran valor emocional y creatividad. No presenta conflictos para originar relaciones satisfactorias con otros niños, aunque prefiere tener pocos amigos a los que a elegido en base a sus motivaciones y deseos. Lo que ha originado en él, cualidades positivas como son: buena escucha, una personalidad definida, discreción y moderación en sus conductas y lenguaje, y un alto nivel de creatividad y reflexión de sus experiencias.

En el caso del “Niño Tímido”, entendemos la Timidez como una actitud y patrón de conducta que afecta principalmente la motivación de relacionarse con otros a causa de miedo, ansiedad y temor por la interacción, resultando de esto, un niño callado, temeroso y con pocos amigos. También podemos observar que los “Niños Tímidos”, presentan una dificultad para participar en clases, iniciar conversaciones, nula capacidad de expresión emocional, pasividad, tartamudeo, aislamiento y sumisión que le han de originar en un presente conflictos de autoestima y afectivos, y en un futuro la probabilidad de presentar fobia social y trastorno por evitación.

Entre las causas de la “Timidez” en un niño, se identifican las más importantes como el vivir en un ambiente de estrés, violencia, acoso, abandono, autoritarismo, distanciamiento físico y emocional con los padres, falta de estimulación e interacción con otros niños, ampliando a tras fondo, baja autoestima, sentimientos de inferioridad, depresión y culpabilidad configurada en inhibición.

¿Qué hacer con un Niño Tímido?

- Ofrecer ambientes que motiven la interacción con otros niños.

- No ridiculizar. - Informarle que se encuentra acompañado.

- Tolerancia y empatía.

- Verificar la dinámica familiar, si hay problemas, otorgar solución, debido a que tal problema puede influir en el niño negativamente.

- Fortalecer los vínculos entre niño y padres.

- Recurrir a Tratamiento Psicológico.

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Ficha Titulo: Una Mirada Infantil: “El Niño Reflexivo y El Niño Tímido”
Autor: César Sinuhé Gómez.
Diario: El Mundo de Córdoba.
Fecha: 14-Julio-2015
Región: Córdoba, Veracruz, México.
Medio: Impreso e Internet.
Público: General.
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